jueves, 6 de agosto de 2009

Mis manos yacen vacías


En el vértigo creciente
que me aboca al desamparo

mi manos yacen vacías
sobre este colchón ajado.


Me recuesto en mi memoria

tratando así de evocarte
de sumirte en mis infiernos

como una más de mis partes.


Como el témpano que fuiste

tú y ese tierno semblante
en un malparido día

en que jamás regresaste.


¿Dónde quedasteis pasiones?

¿Cuando dejé de nombrarte?

¿Dónde laberinto obsceno

de simientes y de carne?


Mis ojos aguardan fríos
tu imagen y tu estandarte

el placer libidinoso

que un día quisiste darme.


Ahora fluye por mis venas
como ese hilo de sangre

que sale de mis muñecas

doloroso, como un lastre.


Esa carga que me unía
a tu cuerpo a cada instante

ya sale de mis arterias

pa volar libre y amarte.


Pa reposar en tus brazos

en mi mente agonizante

cuando este, mi halo de vida

ya simplemente se acabe.


Sólo en la muerte de mi alma

podré por fin encontrarte
y te llevaré conmigo

al país de los amantes.


Donde no hay dolor ni miedo

donde simplemente, plasmes

el amor como lo espero

pues de mi pasión renaces.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es q es muy bueno...... MEENCANTO ROSI

Rosario Bersabé Montes dijo...

Ayyyyyyyyyyy, qué lindo escribes, chiquilla. Besitos.

Omar Orellana López dijo...

Algunas veces otros seres no alcanzan a ver la desnudes de la soledad llevada a los versos, yo, casi llego a ver el alma de la poetisa. pude sentir su presencia mientras leia.